
🤔𝐂𝐨𝐧𝐟𝐫𝐨𝐧𝐭𝐚𝐫 o 𝐀𝐟𝐫𝐨𝐧𝐭𝐚𝐫❓
- Psicólogos Renacer P&J
- 15 oct 2021
- 2 Min. de lectura
HAY GENTE QUE es combativa: le gusta la confrontación. Al más mínimo roce con la opinión o la acción de alguien, se ponen al ataque, van al choque, buscan el careo, la lucha, la pelea, la contienda. Usan este recurso esperando con él poder resolver desacuerdos y desavenencias; difícilmente conducirá a un final deseado.
La confrontación produce lucha y, en la lucha, cada bando vela por salir vencedor, sin miramientos; poco interés hay en que triunfe la verdad, en que se aprenda una lección o en que mejore la comunicación. En estos casos, la razón se nubla y el enojo, la violencia y la ira pasan a ocupar el asiento del conductor. La confrontación no es una buena opción.
Por el contrario, el afrontamiento, sí lo es. Afrontar tiene que ver con hacer un esfuerzo consciente para resolver un desacuerdo o una dificultad con una persona. Afrontar es darse cuenta del problema y tratarlo de una manera madura, prudente y realista, para llegar a un acuerdo y a una solución, no para tener la razón y seguir cada uno por su camino. La mesura, la prudencia, la consciencia de lo que está sucediendo, acompañan a la persona que afronta las situaciones sin confrontar a las personas. Con esa táctica, raramente sale alguien lastimado.
En el hogar, con la familia, así como con nuestros amigos, pueden surgir situaciones que nos lleven a estar en desacuerdo; siempre tenemos una elección que hacer: confrontar a una persona o afrontar un problema (con la persona). La madurez debe llevarnos a escoger lo segundo; no obstante, a veces, en la pura reacción, con ánimo rápido, sin razonamiento objetivo, ¡explotamos!
¿Cuáles son tus actitudes frente a las situaciones estresantes? ¿Posees el suficiente sentido común como para contener tu malestar e impedir que tu ira corra como un río de lava?
Muchos hijos aprenden a ser rebeldes por la conducta de una madre o padre beligerante; algunos matrimonios terminan por un exceso de confrontaciones; muchas relaciones acaban por la intrepidez de una lengua que se mueve para hablar sin control.
Cuando tengas un desacuerdo con alguien, afronta las diferencias razonando y si no puedes controlar tus impulsos, busca ayuda.
𝑹𝒆𝒏𝒂𝒄𝒆𝒓, 𝑵𝒂𝒄𝒊𝒎𝒐𝒔 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝑺𝒆𝒓𝒗𝒊𝒓
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